Limasol, sexta etapa del viaje a Jerusalén de Francisco Guerrero (1588)
Ruiz Jiménez,
Juan
Real Academia de Bellas Artes de Granada
0000-0001-8347-0988
Resumen
Limasol, sexta etapa del viaje a Jerusalén de Francisco Guerrero (1588).
Palabras clave
viaje , Itinerario del viaje a Jerusalén de Francisco Guerrero , Francisco Guerrero. El viaje de Jerusalén , cartografiando Francisco Guerrero , Francisco Guerrero (compositor, maestro de capilla) , Francisco Sánchez (músico)
La siguiente etapa en su viaje a Jerusalén condujo a Francisco Guerrero desde la isla de Zante hasta Limasol, puerto en la costa sur de Chipre, en la bahía de Akrotiri. En la travesía, bordearon la isla de Candia (= Creta) “casi cien leguas” sin desembarcar. Llegaron a Limasol “veinte y siete días desde que salimos de Venecia”, es decir, el 10 de septiembre.
Guerrero describe esta isla como: “tierra hermosísima y fértil de todo lo que se puede desear”. Hace referencia a su reciente conquista por parte de los turcos. En 1570, las tropas del imperio otomano comenzaron el asedio de Famagusta, en un enfrentamiento con las fuerzas de la república de Venecia que se prolongaría durante un año. La guerra turco-veneciana por la conquista de Chipre se prolongaría hasta el 7 de marzo de 1573, cuando se firmó el tratado por el que la isla se convertía en una provincia otomana. El compositor nos dice que los naturales de la isla se quedaron en ella y que sus moradores son griegos: “y en todo el reino hay iglesias de griegos y latinos”. Rápidamente perdieron el miedo inicial, ya que viajaban como venecianos: “hablando en esta lengua, no había que temer”.
En Limasol, los estragos de la guerra eran muy visibles: “La fortaleza está hecha ceniza de la gran batería que le dieron los turcos y la mayor parte de las casas y la iglesias y cruces de piedra que había en la entrada de la ciudad está todo derribado”. Poco después de la visita, en 1590, los turcos habían ya reconstruido y reforzado esa fortaleza y comenzado la construcción de la gran mezquita (Djami Kepir) sobre uno de los antiguos templos cristianos medievales.
Uno de los aspectos que ocupa un lugar destacado en el relato de Guerrero, de evidentes connotaciones sensoriales, son los alimentos y principales productos comerciales de los lugares por los que transita: “Hay en esta isla mucha cosas necesarias y regaladas para la vida, mucho pan y vino y azúcar, y gran suma de algodón, donde cargan muchas naves para Levante y Poniente”.
Los peregrinos visitaron al cónsul de Italia y Francia en su residencia, “y nos regaló en ella”, el cual les puso al tanto de los frentes abiertos que los Otomanos tenían en Asia y la poca guardia que había en la isla, anhelando su recuperación, algo sobre lo que Guerrero expresa su escepticismo: “porque ya tenemos experiencia que lo que estos bárbaros una vez conquistan, tarde lo pierden”. Todo apunta a que pasaron solo una noche en Limasol.
Con las indicaciones que nos proporciona el compositor, he trazado la ruta desde Zante a Limasol siguiendo la costa norte de Creta y, dado que no nos facilita otra referencia, proseguido el itinerario más directo hasta Limasol. Guerrero solo cita un importante detalle en la navegación hasta Creta, cuando dice “nos engolfamos” que, en términos marineros, significaba que se adentraron mucho en el mar hasta perder la vista de la línea de costa. Esta circunstancia, unida a que no hicieron escala en el importante puerto veneciano de Candia (= Heraclión), pone de manifiesto que la nave gozaba de una gran autonomía de viaje.