Visita a Jerusalén (3). Segunda jornada del recorrido de las estaciones (Vía Dolorosa). Viaje a Jerusalén de Francisco Guerrero (1588)

Ruiz Jiménez, Juan
Real Academia de Bellas Artes de Granada
0000-0001-8347-0988

Resumen

Visita a Jerusalén (3). Segunda jornada del recorrido de las estaciones (Vía Dolorosa). Viaje a Jerusalén de Francisco Guerrero (1588).

Palabras clave

viaje , Francisco Guerrero. El viaje de Jerusalén , Itinerario del viaje a Jerusalén de Francisco Guerrero , cartografiando Francisco Guerrero , Francisco Guerrero (compositor, maestro de capilla) , Francisco Sánchez (músico) , Orden de los franciscanos descalzos


El día 24 de septiembre, Francisco Guerrero y su discípulo Francisco Sánchez, probablemente acompañados del mismo grupo de peregrinos y franciscanos que en la anterior jornada, visitaron las estaciones de la Vía Dolorosa: “que son las calles por donde Christo fue a morir, llevando la cruz a cuestas, desde la casa de Pilato hasta el Calvario”. De nuevo, el mapa del franciscano Agostino de Angelis (1578), contemporáneo de la visita del compositor a la ciudad, nos ayuda en la localización y georreferenciación de los lugares que este nos indica en su relato (ver recurso).

En su recorrido, dejaron “a la mano derecha” la iglesia del Santo Sepulcro (n.º 18), donde se encontraba, según la tradición, el lugar en el que Jesús había sido crucificado, ya que reservarían para el final de su estancia en Jerusalén la visita a esta iglesia. Efectivamente, al salir desde el convento franciscano de San Salvador, lugar en el que se alojaban, lo primero que se encontrarían sería con la iglesia del Santo Sepulcro que en la ruta que llevaban quedaba a la derecha y donde se encontraban las últimas estaciones de la Vía Dolorosa. Por lo tanto, hicieron el recorrido en sentido inverso, ya que, como veremos, lo finalizaron saliendo por la puerta de San Esteban para ver el lugar donde lapidaron a este santo.

La primera referencia de Guerrero, tras haber dejado atrás la iglesia del Santo Sepulcro, es a su paso por la casa de la Verónica (n.º 16), precisando el compositor que el famoso lienzo con el rostro de Jesucristo, en dos partes, se conservaba en Roma (el “bulto santo”, en la iglesia de San Pedro) y en la catedral de Jaén. Sin duda, Guerrero tuvo la oportunidad de ver en más de una ocasión el “Santo Rostro” jiennense durante el tiempo que sirvió el magisterio de capilla de la catedral de esa ciudad. La tradición sitúa la casa de la Verónica en la VI estación de la Vía Dolorosa.

La siguiente alusión es a la casa del “rico avariento que no quiso dar al pobre Lázaro de sus migajas”, que se encontraba en la misma calle (n.º 15). La parábola del hombre rico, “Epulón”, y el mendigo, “Lazaro”, es recogida únicamente por San Lucas (16, 19-31).

En su camino, los peregrinos vieron el lugar en el que Simón el Cirineo ayudó a Jesús (V estación) y donde consoló a las mujeres que lloraban por él (n.º 74; VIII estación, situada en la pared del monasterio griego de San Caralambós). Guerrero no sigue de manera precisa el orden en el que pasaron por estos lugares, aunque tampoco indica que fueran consecutivos.

Se detiene algo más en la casa de Pilatos (n.º 8): “de la cual sale un arco [n.º 13; II Estación] donde están dos ventanas que son las mesmas piedras de aquel tiempo, de donde Pilato mostró al pueblo a Christo cuando dijo Ecce Homo”. Nos indica también que en ese tiempo este edificio servía “de casa de justicia”.

En este itinerario vuelve a indicar que hay “muchos santuarios destruidos” y que uno se construyó en memoria del dolor de la Virgen (n.º 14; IV Estación) cuando vio a Jesús con la cruz a cuestas, ganándose en todos ellos “muchas indulgencias”. La iglesia armenia que se encuentra actualmente en este lugar está dedicada a Nuestra Señora del Espasmo y data de 1881.

El grupo de peregrinos se desvió ligeramente para ver la casa del rey Herodes (n.º 12): “adonde Pilato envió a Christo y fue despreciado del rey y de su ejército y vestido de una ropa blanca lo tornó a remitir a Pilato”.

Guerrero cita a continuación su visita a la cárcel de San Pedro (n.º 19), “de donde le sacó el ángel: aquí hay un pedazo de iglesia muy bien fabricada. Desta historia hace la iglesia fiesta el primero día de agosto”. Actualmente, se encuentra en una cripta bajo la iglesia del monasterio de San Nicodemo, sede del patriarcado ortodoxo griego de Jerusalén, construido sobre las ruinas de la casa de Simón el Fariseo.

Fueron bordeando “el templo de Salomón” (n.º 3, 4, 5; Monte del Templo o Explanada de las Mezquitas), como bien explica el compositor: “sin entrar en él (porque ningún christiano tiene licencia para ello y si entrase por su voluntad le costaría la vida o había de renegar de nuestra fe)”. Sí pudieron visitar el Estanque (Piscina) de Betsda (n.º 9), donde Jesús, según el Evangelio de San Juan (5, 2-9), sanó a un paralítico. Este espacio estaba muy abandonado: “agora está sin agua y llena de yerba y malos árboles. Hay alguna muestra de los portales que había entonces”.

En las proximidades se encontraban la casa de San Joaquín y Santa Ana (n.º 10), donde había nacido la Virgen: “aquí entramos en este sancto lugar que está casi debajo de tierra, y en general los más de los edificios lo están, porque con la antigüedad del tiempo ha crecido la tierra cayendo unos edificios sobre otros”. En este lugar había una antigua iglesia románica construida en el siglo XII, la cual Saladino convirtió en madrasa. Los peregrinos solo tenían acceso, mediante el pago de una tasa, a la gruta que los cruzados habían considerado la casa de los padres de la Virgen, sobre la que habían edificado la citada iglesia.

Finalmente, el grupo de peregrinos atravesó la puerta de San Esteban (n.º 2), saliendo extramuros: “bajando como sesenta pasos está una señal de muchas piedras donde fue una iglesia en el lugar donde fue apedreado” (n.º 41).

Guerrero no deja clara la cronología de estos días en Jerusalén, ya que la narración se presenta fluida y sin división en jornadas. En su relato, el recorrido de la Vía Dolorosa (iniciado el día 24 de septiembre), el valle de Josafat y la subida al Monte Olivete (de los Olivos) se cuenta sin solución de continuidad, pero parece poco probable que fuera transitado en una sola jornada. Aunque el itinerario tiene una lógica en su continuidad, el número de los lugares visitados y de las distancias recorridas a pie, así como el calendario de estancia en la ciudad parecen confirmar esta hipótesis, no podemos tampoco olvidar que el compositor tenía 60 años. En cualquier caso, para este proyecto, he decidido repartirlo en tres artículos diferentes, ya que esta división parece ajustarse más a ese calendario. Después irán a visitar Belén (donde pernoctaron). Guerrero no vuelve a proporcionar una referencia temporal precisa hasta el “jueves” (día 29 de septiembre), cuando por la tarde entraron en la iglesia del Santo Sepulcro.

Véase: https://www.historicalsoundscapes.com/evento/1640/jerusalen.

Recursos

Estaciones en la Vía Dolorosa. Mapa de Jerusalén. Fray Antonino de Angelis (1578)

Casa de Epulón

Enlace externo

Arco del Ecce Homo

Monte del Templo

Estanque (Piscina) de Betsda

Puerta de San Esteban (= de los Leones)

<El viaje de Jesusalén. Francisco Guerrero (Sevilla, 1592), fols. 30v-34r

El viaje de Jerusalén. Francisco Guerrero. Jerusalén (3): Vía Dolorosa